No tengo, en esta soledad auto impuesta, un referente más próximo a mi realidad que una canción de Alejandro Sanz "Nuestro amor será leyenda". Es que estar lejos de tí significa romperme como un cristal en medio del caos sistemático que representa este país de mierda, significa carencia de sonidos y de poses, incluso aburrimiento. Saberte lejos, detrás del charco atlántico, e imaginarte en tu rutina de siempre, talvez rescatando gatos o luchando contra tu cabello en las mañanas, me hace pensar inevitablemente en esa última conversación que se quedó guardada en mi cabeza, como para que no olvide que esa distancia que hoy nos separá es un precio, un pago a plazos cuya valía escapa a mi apreciación actual. "Todo tendrá su recomepenza luego". A mi me duelen los dias, es lo único que sé.
Entonces Sanz canta "nuestro amor será leyenda" y yo sonrío con la tristeza propia de una canción que "me cae" y me sitúa frente a la computadora en busca de fotos, mails y todo tipo de recuerdos virtuales. Al cabo de un momento, Sanz se calla y yo continúo en la masoquista tarea de tararear la melodía y acordarme de ti.
"Desde lejos nos tenemos en el fuego
Desde lejos nos tenemos en los mares
Desde lejos yo te siento amor
Desde lejos nos tenemos en los huesos
Desde lejos nuestros cuerpos se hacen aire
Desde lejos yo te puedo amar
Desde lejos nuestro amor será leyenda
Desde lejos hablarán
De este amor que es de leyenda van a hablar"
El coro me habla de esperanza, de ti aguardando mi llegada y sufriendo igual que yo esta ausencia auto impuesta y condenada, esperando que se acaben las razones que nos mantienen lejos. "No hay distancia que esté lejos" dice Sanz y ahora que lo pienso es verdad: la siento tan cerquita y tan abrumadora, puta distancia que nos separa y me derrumba.
"Dime si no merecemos dar la vida en intentar Si he de amarte desde lejos, Quiero hacerlo hasta el final"
!!Se parece tanto a aquello que me dijiste!! Allá, un océano y dos aviones antes de este encierro europeo y triste en el que me encuentro. No lo voy a negar, estoy difuso y colapsado, desparramado en un mueble con una copa en la mano y la mirada perdida en otros tiempos, pensando en que la esperanza no será suficiente y que no me esperarás. Y aunque "Te lo digo convencido: No hay amor como este mío" tengo miedo del final.
Dime, corazón, ¿Nuestro amor será leyenda?
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