domingo, 31 de octubre de 2010

Correa y su miseria


Mucho se ha hablado de los hechos ocurridos el 30 de septiembre. Nos han atiborrado con propaganda oficial para meternos por todos lados la versión de un golpe de estado, golpe que, por cierto, aún no termina de aparecer por ningún lado. Lucio, que entre sus virtudes ha tenido la de clarividente, pudo prever que Correa iba a meterse donde nadie lo llamó, donde, incluso, en primera estancia, no lo querían dejar entrar; para pedir a gritos que lo maten, tiempo después, cuando algunos miembros de la tropa decidieron aceptar el desafío, Correa, enmascarado y cojo, era llevado al Hospital de la Policía.

Sigamos con Lucio. Resulta que, según la propaganda oficial, el dictócrata urdió todo para tumbar a Correa, incluso, usando su anteriormente resaltada clarividencia, planeo que Correa vaya al Regimiento Quito y en alarde de un adefesio sin igual, se quite la corbata y pida a gritos que lo maten, como si no se pudiera matar a un hombre con corbata. Más allá de esto, es importante notar que a Lucio se le olvidó que en un Golpe de Estado es la cúpula militar (apelando a la trágica y siempre presente tradición latinoamericana de situar a los militares como guardianes de la democracia, como árbitros del bien y del mal) la que quita el apoyo al poder y por ende este cae, no la tropa, se le olvidó además que los golpes se dan yendo a buscar al poder en su reducto, no esperando que este venga a buscarlos al cuartel.

A estas alturas de la lectura, No tengo que decir que no me gusta Correa. Creo que es un tipo que no da la talla para presidente y no estoy hablando de la capacidad intelectual ni mucho menos de la personalidad, yo hablo del porte espiritual y humano que debe tener un presidente quien dirige un pueblo, sin contar, por supuesto de lo estúpidas y retrógradas que son sus ideas. Señoras y señoras, no se confundan, Correa vale trozo, pero sabe como manejar masas y como mantenerse en el poder a punta de propaganda y marketing. Sino, ¿sómo se explica que a casi 4 años de gobierno el desempleo siga igual, y hallamos casi que triplicado el número de beneficiarios del bono? ¿desde cuando el pueblo se acostumbró a aguantar hambre y necesidades sin decir ni mu? Estamos amorfinados con tanta revolución propagándistica.

Correa no es más que un seguidor del manual de Chávez, no pasará mucho tiempo hasta que lo veamos diciendo "Exprópiese" por todos lados, así como no pasó mucho tiempo para verlo en su real naturaleza: la del tirano que manda a la cárcel a cualquiera que lo vea mal o a quien ose a dar una versión distinta a la suya en medios internacionales (caso Carrión).

Correa y su miseria se irán algún día del poder, ese día nos costará mucho construir todo lo que este engendro destruyó con sus enfermizas intenciones de estatizarlo todo, de controlarlo todo y de perennizarse

Bien lo dijo Bastiat:

"!!miserables!! que tan grandes os creéis, que juzgáis a la humanidad tan pequeña, que todo lo queréis reformar. Reformáos vosotros mismos; con esa tarea os basta"
en el poder.

lunes, 18 de octubre de 2010

Memorias de un impostor

Tenga la bondad de prestarme atención que lo que voy a decir es importante. Hoy decidí ser anónimo y contar las experiencias de mi otro yo en este blog. No espere encontrar aquí algo en qué entretenerse ya que este espacio fue concebido para pasear las más oscuras y recónditas pasiones de aquel ser que se esconde detrás de las posturas del ciudadano común y corriente incapaz de someterse al juicio de los demás y temeroso del qué dirán y de la notoriedad que proporciona el alzar la voz y decir lo se piensa. 

Mi otro yo, el que mira detrás de mis ojos, el que no duerme, el que escribe mucho más de lo que habla, vivirá en este espacio virtual para no vivir en el mundo real pues es peligroso y atenta contra el bien común y el sumak kawsay. Lo encerré por impostor y lo condené a existir solo en las nocturnas letras que afloran de su alma innoble, indolente, maquiavélica y menesterosa. Debe saber, estimado lector, que la impostura abunda en su prosa y la altisonancia reina en su verso, y no le importa usar palabras especialmente escogidas para su verborrea fácil y embustera. 

Pedófilo frustrado, impotente, barcelonista y eterno buscador de pornografía de la más baja calaña. Todas estas características han hecho de mi otro yo un ser despreciable y lastimero (especialmente por lo de barcelonista) carente de todo sentido de la vergüenza propia y provisto de una caretuquez solo comparable al tamaño de su ego. Sin embargo también posee inteligencia e intuición, lo he escuchado advertir sucesos que luego se cumplen sin que pueda explicarme el por qué de su casi infalible visión. también hace las veces de vengador anónimo de los perros y gatos maltratados y cumple a cabalidad lo dispuesto en el tratamiento para el Trastorno de Identidad Disociativo.

Mi otro yo es dueño de su impostura y no tiene empacho en escribir sandeces. Calcula bien su siguiente golpe cuando aún no termina de asestar el anterior, es un ruin que no teme a la otra vida, se conforma con esta y por eso la vive como si fuera el última. Mi otro yo no tiene nombre o no ha querido decírmelo, quizá lo sepamos con el transcurrir de los días o en alguno de los textos que quiera escribir este engendro, parte de mí pero tan distinto también.

No lo lea, a menos que quiera ver hasta donde llega. ..