La escribiré sí, lo haré. Quizás contaré la noche aquella en que llovía y nos mojamos aunque teníamos paraguas, la lluvia para entonces era buena y caminar descalzos por la calle nos parecía buena idea. También -por qué no- relataré esa tarde en que cocinamos espagueti y lo comimos en tu cuerpo, o aquella madrugada en que te rescaté de una fiesta llena de gente con corbata para llevarte a ver la luna; o cuando tuvimos que pasar toda la Orellana para rescatar un gato.
Tengo que contarlo, fue tanto lo que diste y tanto lo que di que no sé si alcancen las palabras. Te retrataré delgada, con ese pelo lacio largo y crepuscular que parecía prolongarse hasta el delirio; ese labio fino que al principio odié y después no me importó, esa oreja con su lóbulo glorioso y chillador, aquellas manos que tienen algo, aquellos senos pequeños, esa voz casi tiple que nunca creció. Talvez guarde el secreto de aquel lugar donde solo podía entrar cuando te vencía o cuando me dejabas.
Hablaré de esa canción de Sanz que nos hacía suspirar, o de Thom Yorke cantando "nude" mientras hacíamos el amor. Seguro diré que fuiste la mejor alumna que he tenido en cuanto a música y arte. Diré que te amé con gatos y sin ellos, con mascarillas de aguacate y sin ellas. Con tacos y sin ellos.
Lo único que no sé es qué contaré al final, si seré fiel a esta realidad triste que supone este rompimiento, o inventaré uno donde no tenga que escribir este post. O inventaré uno donde no exista un final.