lunes, 23 de mayo de 2011

Reviviendo el experimento

impostor

Voy a revivir este agujero donde mora mi otro yo, el yo que no tiene miedo porque es anónimo y cándido, cosa que normalmente no soy en situaciones normales. ¿Por qué anónimo? Creo que bien vale que lo explique ahora porque lo que se viene va a provocar -lo presiento- un sinnúmero de cuestionamientos respecto a esta condición.

Soy anónimo porque creo que lo importante es el mensaje, no el mensajero, y porque además, en el mundo virtual las cosas no van tan bien en el aspecto de seguridad, es mejor preservar la identidad real para la vida rutinaria y monótona que me toca vivir. Aquí soy mis ideas, mis mensajes y todo aquello que transmiten mis letras liberadas de la pesada carga que supone el nombre que figura en mi cédula.

Por eso también soy impostor (en su 3ra. acepción) porque no escribo con mi nombre real y me inventé un "Nick" que no es el que aparece en mi ID. Sin embargo mis ideas y mis pensamientos no se basan en la impostura ni son producto del esnobismo o la flojera intelectual, nacen de la observación del entorno y su análisis, y tratan de aportar algo a quien los lee.

Este blog se llama Memorias de un impostor porque tengo otro yo que no tiene miedo a decir lo que piensa y que no es tan pesimista como el yo que escribe estas líneas, por eso le doy rienda suelta a sus ideas y a sus propuestas en este espacio.